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Este artículo forma parte de nuestra guía práctica de seducción.

Cómo romper una relación sin herir

Saber romper una relación es tan importante como seducir. El objetivo de la seducción no es el de engañar a alguien para alcanzar un objetivo. Siempre tenemos que ser consecuentes con nuestras reales intenciones.

¿Comprometerse todas las veces que se liga?

Cuando seducimos, no siempre lo hacemos con la intención de tener una relación. A veces, sólo queremos tener una aventura sin por ello profundizar, por ejemplo ha salido con una chica y ha tenido un deslice y se ha dado cuenta de que la cosa fue interesante por lo que duró, pero no tiene deseos de ir más lejos. Pueden existir miles de razones para querer limitar una relación determinada a una simple aventura y nada más, no es sólo porque somos mujeriegos (pero también puede ser por esto).

Esta es otra dificultad típica del seductor. ¿Cómo salir elegantemente de una relación que no queremos continuar sin por esto dejar una mala impresión, sin herir eventualmente los sentimientos de nadie y sin perder una reputación de hombre responsable y consecuente, ya que perderla podría ser dañino para futuras seducciones con otras mujeres? ¿Es mejor llamarla directamente y decirle "ha sido interesante, te deseo lo mejor", o hacerlo por email, por SMS o simplemente desaparecer sin dar explicaciones? ¿Cuál es, en otros términos, la fórmula diplomática y políticamente correcta de dejar a una mujer sin quedarse con la marca de un Don Juan irresponsable y sin escrúpulos?

Cómo romper con una chica de manera diplomática

Muchos seductores deberían hacerle frente a esta situación y no todos saben cómo. En este artículo, tomaremos en mano la situación y trataremos de ayudarle a liberarse de estas dificultades de la mejor manera posible. ¿Cómo proceder cuando ya no queremos nada con una chica sin decepcionarla?

La respuesta es evidente: no hace falta romper algo cuando no hay nada que romper. Si usted sale con una chica sólo para tener una aventura y luego empieza a llamarla dos veces al día, a enviarle mensajes de buena noche, a verla 5 veces por semana y a comportarse como el gran aspirante al ataúd... y luego un buen día la deja sin dar explicaciones ¿¿¿qué usted prentende??? Ahí está el gran error. Si desde el principio no tiene intenciones serias, no se comporte como su novio, compórtese simplemente como su pareja ocasional. La mujeres sufren sólo cuando son engañadas. Y usted no necesita hacerlo. Nunca logramos un objetivo de la mejor manera cuando engañamos a alguien. Nunca es necesario disimular intenciones para lograr un segundo fin.

¿Sólo quiere sexo? Perfecto. Entonces vaya enseguida al grano, hable de sexo, actúe sexualmente (claro con las maneras apropiadas que la situación impone, pero sexualmente), diga lo que quiere hacer sin tantos rodeos, también porque, si no actúa en conformidad con sus objetivos, sino como alguien que tiene intenciones serias, entonces ella tendrá precisamente la tendencia a aplazar el sexo a más tarde por temor a ser considerada una chica fácil y perderle.

Por lo tanto, si usted demuestra desde el principio sus intenciones sexuales, encenderá en ella otro tipo de interruptor, el de la fantasía, de la aventura con el desconocido. Lo tratará entonces en función de lo que usted le ha manifestado y sólo tendrá la fantasía de tener una aventura, lo cual se hará realidad mucho más fácilmente de lo que piensa y esto sin herirla al final, sin hacerla sentir como un objeto sexual, que es el complejo N. 1 de la mujer, lo hemos dicho en varias ocasiones.

Ella no lo considerará como un pretendiente serio y dará probablemente libre curso a sus instintos sexuales, quizás se dejará llevar por la aventura, directamente o indirectamente. Esto no garantiza que usted tenga sexo más fácilmente, pero, por lo menos, demostrará que es coherente, que sabe lo que quiere, que asume sus deseos, que es un hombre a toda y no tiene la intención de engañar, ya que usted es directo y claro. A lo mejor fracasará, claro, y también en muchas ocasiones, pero, por lo general, tendrá más éxito. ¡Y también más sexo!

Las cosas inspiran temor o desconfianza sólo cuando no sabemos lo que nos espera. Pero esto no sucede cuando usted dice claramente y francamente lo que realmente quiere. Cuando nos hacemos la idea de que alguien sólo quiere utilizarnos para lograr algo, entonces todas las puertas se cierran. Pero si usted le hace comprender lo que quiere sin disimularlo, ella no se sentirá engañada, no desconfiará de sus intenciones ya que sus reales intenciones se las está sirviendo sobre una bandeja de plata. Y sólo le quedará tomarlo o dejarlo, pero no tendrá dudas acerca del terreno que está pizando, ahí está la clave.

A la vez que el temor y la desconfianza serán desarmados, sólo quedará el deseo desnudo y la curiosidad sobre el hecho de entregarse a esta aventura. En suma, si usted habla y actúa claro, obtendrá siempre resultados claros y no tendrá nada que reprocharse.

Las cosas no son siempre tan simples en la realidad. Puede ser que en el momento del encuentro usted mismo no conozca aún las intenciones que realmente tiene. También puede que se le ocurra querer algo inicialmente y luego cambiar de idea. ¿Cuántas veces esto pasa?

Pero incluso en caso de dudas, nunca prometa lo que no está seguro de poder ofrecer, siga sin actuar como un pretendiente, actúe como alguien que sólo quiere una aventura. Después siempre habrá tiempo para cambiar de planes y transformar esta aventura en una relación, nada lo veda, mientras que el inverso está jodido. En pocas palabras, si el deseo sexual es la única cosa sobre la cual se siente seguro, entonces báselo todo sobre esto. Si usted quiere que los demás se esperen lo menos posible de usted, entonces debe dar lo menos posible y sólo lo que tiene que ofrecer.

Lo hemos dicho, cualquier aventura puede transformarse en una relación, mentras que una relación no puede desclasificarse a una aventura sin que haya decepciones y no hay ninguna garantía de que una historia seria sin sexo conduzca rápidamente al sexo. Por lo tanto:

En la duda, adopte siempre la estrategia del menor compromiso y de la acción de menor actividad y máxima efectividad.

Actúe como un novio sólo cuando estará seguro de que quiere ser un novio. Nunca antes. Si logra interiorizar esta estrategia, entonces habrá hecho un trabajo excelente de psicología, además, cuando llegará el momento de cortar la relación, ella verá esto como algo natural, perfectamente esperado, no se sentirá un objeto sexual, ya que verá esta relación como un simple intercambio, no se sentirá utilizada, ya que usted ha sido claro y ella lo aceptó, sólo se ha tratado de una experiencia de mutuo y agradable acuerdo, ella se sentirá implicada, sabrá que lo que ha ocurrido, ambos lo quisieron, será consciente de los límites dentro de los cuales se ha movido y verá la ruptura como algo inevitable, hasta necesario.

No se esperará otras cosas de usted y continuará a comportarse con los demás con el ademán de una mujer decente ¡que no tiene sexo con el primero que encuentra! Ella no le deberá explicaciones a nadie de lo que ha hecho con usted y por el mismo hecho que se ha tratado de un amorío que no hay que tomar en serio, tampoco influirá en su reputación. Amigos, ¡ésta es psicología femenina!

Claro siempre existen mujeres que se enamoran al primer golpe y sin que le hayamos dado razones para eso, pero no podemos tenerlo absolutamente todo bajo control y en la vida siempre existen riesgos. Afortunadamente poco frecuentes.

En definitiva, si usted actúa conforme a sus intenciones reales, habrá al final una situación de paridad donde nadie ha tomado en serio a nadie y ambos sabrán que han tenido sólo una partida de placer.

Y, lo que es lo más importante, ha tenido sexo con una chica nueva sin sentirse comprometido y sin encontrarse en la situación de tener que inventar pretextos y excusas débiles para salir de la escena. De esta manera, ustedes pueden incluso conservar una amistad y a lo mejor continuar a darse placer de vez en cuando ¡cada vez que lo desean!

Esta es la manera de salir limpio de una aventura sin tener que hacer recurso a justificaciones engorrosas.