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Las bases de la seducción y de las relaciones de éxito

Conocer las bases de la seducción ayuda a evitar los errores que muchos hombres cometen a la hora de querer seducir a una mujer.

El hombre busca el sexo, la mujer seguridad.

Nociones fundamentales de seducción

La gente se mueve en función de lo que ella quiere, no en función de lo que quiere usted. Por eso a la hora de seducir hay que tener en cuenta los intereses que tienen la mujer a la hora de considerar un encuentro o una relación. Estudiar los diferentes intereses que el hombre y las mujeres tienen hacia una relación constituye una valiosa ayuda para determinar los fundamentos de lo que sucede en la seducción. No hay que olvidar que todas las grandes leyes y reglas se basan en la observación de las realidades naturales. La grande realidad de la seducción está basada en la naturaleza humana y en la psicología del comportamiento.

A pesar de que las tendencias sean comunes entre hombre y mujer, existen diferencias psicológicas fundamentales. Cuando el hombre y la mujer quieren una relación, buscan la misma cosa pero con prioridades y finalidades diferentes. Si queremos seducir a una mujer basándonos en nuestros intereses masculinos, estamos cometiendo el mismo error clásico que muchos cometen. Mientras que en realidad deberíamos actuar en función de lo que ella busca. Seducir quiere decir convencer a una persona a lograr algo que ella quiere, no obligarla a hacer algo que no quiere. Considerando las diferencias de comportamiento y los objetivos que el hombre y la mujer tienen el uno hacia el otro, la psicología clásica ha demostrado desde hace tiempo que hay sólo tres diferencias que cuentan sobre el plan recíproco, tres valores dominantes cuya prioridad cambia solamente según el género: sexo, amor y seguridad.

Los tres factores de la seducción
Figura 1.1: Los tres factores a la base del interés en formar una pareja

El órden de los factores en el hombre

Para el hombre, claramente, la motivación dominante es el sexo. Esto es lo primero que el hombre ve y desea en una mujer. Después del sexo viene el amor y, en tercer lugar, la seguridad. Por "seguridad" no nos referimos a la protección física ¡a menos que nuestra mujer sea campeona de boxeo! También se podría interpretar el concepto de seguridad en términos de mésalliance, es decir, cuando se tiene matrimonio con alguien de rango social y/o económico superior al propio. Pero, generalmente, cuando hablamos de seguridad en el caso del hombre, nos referimos a la devoción y a los cuidados femeninos, al sostén, a la fidelidad y al sentido de tranquilidad (por ejemplo es una mujer decente que cuida su hogar y los niños).

Este concepto de seguridad que el hombre busca en la mujer es un factor seguramente importante, que sin embargo sólo ocupa el tercer lugar en su escala de prioridades y a menudo es una consecuencia de los otros dos. Cuanto más un hombre está enamorado y se siente "en seguridad", menos estará obsesionado por el sexo y menos tendrá tendencia a buscar aventuras con otras mujeres. A veces el amor en un hombre es inversamente proporcional a su obsesión sexual. En cambio, cuando el amor y - consecuentemente - el sentido de seguridad fallan, el factor preponderante vuelve a ser el sexo.

La conclusión es que cuando un hombre se siente sentimentalmente y sexualmente satisfecho, él responde con la seguridad y empieza a poner en segundo plan su lado de "depredador sexual". Se establece un equilibrio entre el sexo y los otros dos factores.

El orden de los factores en la mujer

Aquí está la parte interesante de esta página, lo que las mujeres quieren en los hombres, lo que mayormente buscan y aman de ellos, por lo tanto preste atención. En la mujer, él orden de los valores se invierte totalmente. En el primer lugar está la seguridad. Luego viene el amor y, en última instancia, el sexo, obviamente importante, y sin embargo en el último lugar de las prioridades femeninas. Esto significa que si una mujer no se siente cuidada e implicada emocionalmente, el sexo para ella es bien poca cosa. En otros términos, el sexo no es nada si no está asociado a ciertas emociones y eventualmente al amor, pero todo esto debe ser consolidado por el sentido de la seguridad.

En resumen, el sexo es, para una mujer, lo último, mientras que para un hombre es lo primero. Esta diferencia es capital porque es una de las mayores causas de todos los problemas de seducción y de comprensión entre hombres y mujeres.

Note además que el amor es lo único para ambos que tiene la misma importancia.

¿Qué entendemos por "seguridad" desde el punto de vista femenino? Todo el mundo pensará enseguida en la protección. Es cierto que es algo importante, sin embargo nosotros con este término no nos referimos sólo a esto, sino a un concepto mucho más amplio.

Claro, en épocas primitivas la seguridad era física. La mujer prefería al hombre más fuerte, al más valiente, al más intrépido y masculino. Hoy la humanidad se ha evolucionado y, sin perder su importancia, la protección es más simbólica y general.

Seguridad, para una mujer, quiere decir atenciones, devoción, detalles, esmero, responsabilidad, cuidado, preocupación. Bien que las mujeres sean, hoy día, más independientes y emancipadas, el concepto de seguridad queda y tiene un sentido más romántico que práctico o material, lo que más cuenta es el hecho que una mujer sienta que pensamos en ella y que nos preocupamos por ella, que puede contar con nosotros y puede sentirse amparada. Nunca inspirar a una mujer que podemos descuidarla, que somos poco confiables, irresponsables y que lo único que queremos es el sexo.

Si demostramos que sólo pensamos en esto, la mujer se sentirá un objeto y pensará enseguida que no somos responsables o confiables para una relación. ¡Cuidado, estamos hablando de un verdadero complejo femenino!, el complejo del objeto sexual del cual hablaremos bastante en el sitio y en el programa. Cuanto más una mujer se siente un objeto, más estará cerrada sexualmente.

Otra cosa particularmente importante son las atenciones. Cuanto más demostramos que tenemos gestos atentos, que somos caballeros y le hacemos cumplidos y piropos (entre otras cosas), mejor es. En el concepto de seguridad entran en juego también otros factores: cariño, romanticismo, confianza en sí, poder económico, protección, fidelidad, sostén, guía, esmero y otros en el mismo registro. Pero hay que saber jugar con las doses aquí, porque también nos arriesgamos de hacer el papel del chico bueno, dulce y poco interesante. Y esta es otra trampa famosa a evitar y de la cual hablaremos con lujo de detalles en nuestro sitio. Especialmente, en la página dedicada a la atracción, analizaremos este concepto con más detalles.

Lo que atrae a los hombres y a las mujeres

Como el valor dominante del hombre es el sexo, lo que el hombre más busca en la mujer es la belleza, su manera de ser femenina, la atracción física en general. Claro el hecho de ser guapa no es lo principal que hace que un hombre decida casarse con una mujer, a la hora de hablar en serio, hay más que eso. Pero a nivel inmediato, lo primerito que el hombre ve en una mujer es su belleza, sus curvas.

Ya que el valor dominante para la mujer es la seguridad, ¿qué es lo que la mujer más busca en el hombre? ¿Su guapera? ¡No! Es su valor social, esto es lo que atrae a las mujeres. El aspecto de un hombre también tiene su importancia, pero no es lo primero que una mujer ve, no es lo principal que hace que un hombre califique para una relación. Por lo tanto, el lado más atractivo de un hombre no es su aspecto, es algo que merece un artículo completo y que no detallaremos aquí.

¿Por qué hacer sentir a una mujer en seguridad es tan importante? A fin de cuentas, si para un hombre lo que más cuenta es el sexo, ¿qué podemos hacer por lo tanto para resolver esta divergencia de prioridades y de visiones?

Regla Fundamental de la Seducción N. 1 Dale a una mujer lo que más busca y obtendrás lo que tú buscas.

A fin de cuentas, cuando el hombre obtiene sexo y amor, éste tiende a satisfacer a la mujer en todo y por todo, pues no hay que sorprenderse ante las consecuencias de esta regla. Pero aquí viene la regla número 2:

Regla Fundamental de la Seducción N. 2 Cuando le das seguridad a una mujer, ésta responde con el sexo.

¡Sí, con el sexo! Si le dará a una mujer las emociones que ella busca y además logrará hacerla sentir segura sin hacerla sentir un objeto, entonces no habrá frenos, y ¡ella querrá el sexo al igual que usted!

Obvio en la realidad existen muchas variaciones, pero lo que acabamos de describir corresponde a la base de lo que un hombre debe comprender en la psicología femenina.

Comprender las diferencias fundamentales entre estas prioridades y saber gestionar estos factores es esencial no sólo para comprender mejor a las mujeres, sino para obtener de ellas lo que queremos.

El concepto de seguridad combinado con las emociones asociadas constituye una parte importante de nuestro programa. Claro, hay más que esto en la seducción. Pero cada cosa en su tiempo.

Una vez comprendidos estos principios básicos la seducción le resultará mucho más sencilla. Claro un seductor no es un mago y puede fallar, lo mismo puede pasarle a un vendedor, por muy bueno que sea, no venderá siempre y a todo el mundo. Sabrá vender y venderá mucho, pero ¡le venderá sólo a los que quieren comprar! La diferencia con el buen vendedor es que éste persuade incrementando el deseo de comprar. Lo mismo vale con la seducción.

Contrariamente a lo que dicen otros sitios, aquí nadie le promete que será capaz de convertir a cualquier mujer en una esclava sexual en menos de cinco minutos. Sólo se le promete que aprenderá las reglas de la seducción y con ellas se volverá un mejor seductor. Y las otras páginas de este sitio ilustrarán mejor estos conceptos que serán tratados en nuestra base de conocimientos y, con más detalles, en el programa.

La seducción rápida